No hace demasiado leí unas declaraciones del señor Pau Donés, cantante y líder de Jarabe de Palo, en las que decía que aquel que se bajaba su música de internet era un ladrón, y que él merecía cobrar por su trabajo, etc, etc. No quiero entrar en el tema de si tiene razón o no, su postura me parece discutible, pero todas las posturas lo son, y no es eso de lo que quiero hablar hoy aquí.
El caso es que, en ese mismo artículo que me encontré en la Red, había un ciento de comentarios a modo de foro, de los que se podía deducir lo siguiente. Como el sr Donés opinaba así, no solamente él era un absoluto descerebrado, si no que, de repente, toda su música pasaba a ser una mierda como una casa.
Y ahí es dónde me perdí.
Supongamos que Francis Ford Coppola o Steven Spielberg hiciesen unas declaraciones semejantes. A raíz de lo leído en aquellos comentarios, imagino que, de repente, El Padrino o Tiburón pasarían a considerarse películas a la altura de Plan 9 From Outher Space o Los Bingueros.
Hay una tendencia a igualar al artista con su obra, de tal manera que las declaraciones, su vida personal, incluso su tendencia sexual se equiparan invariablemente al resultado de sus obras, fundiéndose en uno solo. Visto desde una perspectiva, llamémosla objetiva, es algo casi inconcebible. Porque este señor opine que el pescado congelado es mejor que el natural, eso no puede querer decir que sus canciones sean una mierda.
A mi me gustaron los primeros discos de Jarabe de Palo. Los tres o cuatro primeros. Ahora me suena un poco repetitivo, pero tiene a sus espaldas, arropándole, unos músicos increiblemente buenos, de lo mejor que se puede oir en este país, y algunas de sus canciones, de sus letras, siguen estremeciéndome hoy en día. Y esto seguirá ocurriendo aunque mañana este hombre se suba a un tejado y se ponga a disparar sobre todo lo que se mueva. Es así. Me importan muy poco sus opiniones sobre política, la sgae, el sexo de los mejillones o la vida extraterreste.
No creo que sea tan difícil diferenciar...o si?