Ayer llegó hasta mis oídos una historia cuanto menos curiosa. Suelo escuchar varios podcast durante la semana, y uno en concreto sobre el mundo "mac" lo escucho mientras voy a entrenar. De alguna manera, los días en los que corro a solas, me siento acompañado, escuchando una amena y buena charla.

Resulta que, durante este último año, los de Greenpeace se han dedicado, entre otras muchas cosas, a acusar a Apple de ser una compañía "poco verde" . Que si los materiales de sus ordenadores son poco ecológicos, y reciclables, y limpios...etc. Y ahora se ha descubierto que esa no era "toda la verdad". Al parecer, al principio de cada año, los de Greenpeace piden una serie de datos e informes a diversas compañías, en los que les solicitan que expliquen cual es su "política ecológica". Y la mayoría de las compañías que son requeridas para entregar tales informes lo hacen a pies juntillas. Al parecer, la sombra de Greenpeace es larga. Apple, por alguna razón, no lo hizo. Me importa muy poco la razón. El caso es que, por no entregarlo, los de Greenpeace se dedicaron a montar sus acostumbradas manifestaciones, ruedas de prensa, publicidad y todo el circo mediático que tan bien (o tan mal) les sale cuando se trata de desprestigiar a alguna multinacional. Apple, finalmente, ha entregado el citado informe, y en él se muestra que la compañía ya usaba determinados materiales y mantenía una política "ecológica", incluso más allá de lo que lo hacen otros, incluso más allá de la media, desde hace mucho tiempo.

Curiosa manea de actuar la de Greenpeace. No olvidemos que se trata de una organización que no tiene, realmente, ninguna capacidad jurídica para solicitar ese tipo de informes. Es una asociación. Apple, y cualquier otra compañía, solamente tiene la obligación de responder ante el gobierno, ante la ley...Y, si lo hacen ante ellos, será por una simple cuestión de buena voluntad, o de espíritu colaborativo, o lo que sea que les salga de las narices.

Así que me sigo quedando con la idea de que la sombra de esta gente es muy alargada. Su capacidad de presión, y por lo tanto, de manipulación, tremenda, y aunque reconozco que son necesarios, y hacen un gran bien a este planeta, no dejo de pensar en lo que, quizás, se han o se están convirtiendo. Nadie es ajeno al circo que montan cada pocas semanas, y todos sabemos que, en ocasiones, se trata de acciones desmedidas, innecesarias, incluso vacías de motivo, y que únicamente están ahí para recordarnos que Greenpeace existe y que de alguna manera hay que justificar las cuotas de todos sus asociados, donaciones, subvenciones que reciben y demás ingresos.

Quizás la expresión "mafia ecológica" sea un poco exagerada. Quizás estas acciones contra Apple hayan servido para algo, no lo sé. Pero el "método", sus "maneras", no me gustan. A veces ni siquiera me parecen éticos o moralmente defendibles. No vale el todo vale para conseguir un objetivo.

Aunque resulta más fácil conseguirlo cuando esa sombra es alargada