Me encanta. Esto de la crisis y de las estafas financieras y de lo cretinos que son algunos de los que andan por ahí arriba, en las empresas, en sus despachitos, no tiene límites. Gracias a ellos nos encontramos con noticias como que Madoff, ya sabéis, el tipo que ha estafado todo lo estafable y más (alrededor de 50.000 millones de dólares, dolar arriba, dolar abajo) está bajo arresto domiciliario. Le han puesto una pulserita y al carallo. Así cualquiera. Si robas un jamón, un billete de 20 euros o una bandeja de cruasanes, te puede caer de todo. Cincuenta mil millones de dólares ya es otra cosa. Como es una cantidad que a casi nadie le entra en la cabeza, supongo que no saben muy bien ni qué hacer ni qué castigo aplicarle, así que de momento vamos a ponerle una pulserita de esas de colorines y que ya se puede ir para casa, no vaya a ser que se nos escape.
Por otro lado, al parecer tanto La Caixa como Telefónica han perdido algún que otro milloncejo gracias a este tipejo. Que a nadie le extrañe que la factura del teléfono suba a partir de enero un pelín más de lo acostumbrado, ni que en vez de 15 le cobren 17 euros de cuota de mantenimiento en su cuenta.
Ahora en serio, estoy hasta los cojones, y me quedo corto, de toda esta pandilla de encorbatados que se pasan la vida de comida en cena, llevados de una a otra por sus chóferes en sus Mercedes, soltando algún que otro discurso entre plato y plato sobre cómo arreglar la economía mundial, juntándose de vez en cuando en algún que otro sarao para solucionar la pobreza en África mientras se ventilan platos de 2000 dólares el cubierto, para regresar después a sus mansiones bien protegidas con alarmas y guardias de seguridad, no vaya a ser que algún desalmado se cuele en la cocina para hacerse un bocata de nocilla. Sí, esos mismos que comandan y dirigen multinacionales, bancos, entidades aseguradoras y un largo etc de "negocios" que solamente lo son para ellos, nunca para los demás, y que le exigen al trabajador de la planta 3 para abajo que curre mañana, tarde y noche prometiéndole un incentivo de mierda a cambio de comprar su alma.
Hoy, más que nunca, el nombre de este blog tiene un verdadero sentido para mí.
Vosotros, mal nacidos, sois el cáncer de este planeta, y vuestro destino debería ser el mismo al que condenáis a media humanidad con vuestras ideas que sólo a vosotros os benefician.
Ojalá que esto que está ocurriendo estos días sea el principio de vuestro fin.
Ojalá.
Por otro lado, al parecer tanto La Caixa como Telefónica han perdido algún que otro milloncejo gracias a este tipejo. Que a nadie le extrañe que la factura del teléfono suba a partir de enero un pelín más de lo acostumbrado, ni que en vez de 15 le cobren 17 euros de cuota de mantenimiento en su cuenta.
Ahora en serio, estoy hasta los cojones, y me quedo corto, de toda esta pandilla de encorbatados que se pasan la vida de comida en cena, llevados de una a otra por sus chóferes en sus Mercedes, soltando algún que otro discurso entre plato y plato sobre cómo arreglar la economía mundial, juntándose de vez en cuando en algún que otro sarao para solucionar la pobreza en África mientras se ventilan platos de 2000 dólares el cubierto, para regresar después a sus mansiones bien protegidas con alarmas y guardias de seguridad, no vaya a ser que algún desalmado se cuele en la cocina para hacerse un bocata de nocilla. Sí, esos mismos que comandan y dirigen multinacionales, bancos, entidades aseguradoras y un largo etc de "negocios" que solamente lo son para ellos, nunca para los demás, y que le exigen al trabajador de la planta 3 para abajo que curre mañana, tarde y noche prometiéndole un incentivo de mierda a cambio de comprar su alma.
Hoy, más que nunca, el nombre de este blog tiene un verdadero sentido para mí.
Vosotros, mal nacidos, sois el cáncer de este planeta, y vuestro destino debería ser el mismo al que condenáis a media humanidad con vuestras ideas que sólo a vosotros os benefician.
Ojalá que esto que está ocurriendo estos días sea el principio de vuestro fin.
Ojalá.
