08 junio, 2007,6:32 p. m.
A solas

Gracias a Ciencia Canija me encuentro con este interesante artículo sobre nuestros amigos los extraterrestres. Más o menos viene a decir que se han dado muchos casos de suicidios colectivos, disparos con resultado de muerte "en defensa propia contra los alienígenas" y demás menudencias, básicamente a causa de la creencia más o menos ciega en la posibilidad de no encontrarnos solos en el universo, y la consuencia aparente más directa, ser visitados a menudo por nuestros pequeños amigos verdes.
Siempre he sospechado que la creencia absoluta en este tipo de visitas esconde una necesidad personal (y colectiva) por evidenciar que "no estamos solos en el universo" . De la misma manera, sospecho que en muchos casos (y esto ya es cosecha mía) nos encontramos con una serie de personas que simplemente no pueden estar solos. La gente, las personas, parecen tenerle un miedo constante a la soledad.
No hablo por supuesto de esa soledad impuesta por el fallecimiento o la separación de alguien, esa soledad que rodea al ser humano cuando no queda nadie más o algo por el estilo. Esta anotación se refiere más al hecho de "encontrarte a solas contigo mismo y poder disfrutar con ello".
No es la primera vez que me encuentro con alguna anotación en otros blogs, artículos en prensa, etc, que comentan lo "aislados" que nos encontramos del resto de nuestros semejantes. La ciudad parece ser un nido de solitarios, la gente va con su música por la calle sin querer saber nada de sus semejantes y zarandajas varias. Y mi pregunta es...¿y?
Parece como si hubiera algún problema en disfrutar de uno mismo.
Sinceramente, es algo que no entiendo o se me escapa. Yo soy el primero que disfruta con sus amigos de una buena cena, de unas cervecillas, de buena compañía y todo lo demás. Pero sorprendentemente conozco a un buen puñado de personas que parecen no ser capaces (o no querer aprender a) de tener su espacio propio en la vida. No se atreven a salir a pasear ellos solos, a tomarse una caña en una terraza ellos solos, a ir al cine o a la playa ellos solos. Vivimos en una sociedad que amamanta constantemente la idea de grupo, lo cual es perfecto, pero no nos enseña a lidiar con nosotros mismos. Y una cosa es tan necesaria como la otra.
Empecé a correr por bajar unos kilitos y para superar mi adicción al tabaco, hace ya varios años. Ahora corro por diversión, porque me gusta medirme conmigo mismo y tal. Pero, una de las cosas que adoro cuando voy a correr (y que conste que me encanta correr en buena compañía, que quede bien claro) es correr para pasar una horita o más tranquilamente con mi cabeza, con mis recuerdos, con mis planes, con mi vida, con mi música. Me gusta correr porque me permite estar a solas conmigo, de la misma manera que me encanta escribir porque necesito comunicar todo eso que llevo dentro a los demás, sean quienes sean.
No, no estamos solos. Pero, muchas veces...se está tan a gusto con uno mismo....


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posted by joerace ¤ Permalink ¤


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