Leo en la prensa de hoy que un amigo de Bill Gates ha filtrado la noticia de que Bill quiere volar al espacio en cuanto le sea posible.
Y...?¿!!!??¿?
Como si eso fuera noticia. Y quién narices no quiere ir al espacio?. Recuerdo que, cuando era un crío, muy muy crío, recortaba los mandos de mi nave espacial en una libreta , los distribuía sobre el sofá de mi casa, y me iba de viaje a Plutón, planeta desterrado del que ya nadie se acuerda. Hasta que mi señora madre me gritaba "A COMER!!!" desde la cocina y toda la fantasía se iba al carajo, vamos, como hacen todas las madres por obligación. Creo que está en el contrato.
Como dijeron, primero Kirk y después Picard, el espacio es la frontera final. Como decía Asimov, el buen doctor, es el lugar al que estamos destinados a volver, y quien no sienta un pequeño escalofrío en una noche estrellada, tumbado en la playa, mirando hacia la Vía Lactea que le envuelve, es que le falta sangre en las venas.
Por esa razón no me parece noticia que Bill Gates, un tipo gris y mediocre donde los haya, del que solamente se puede decir que ha copiado hasta la saciedad lo que otros crearon con ilusión y coraje, digo, no me parece noticia que este hombre quiera viajar el espacio. Demuestra que hasta en la mente más mediocre se encuentra ese recuerdo genético que nos lleva a desear volver al lugar del que venimos, en este caso, a las estrellas.
Espero que, alrededor de mis años de jubilación, esa posibilidad de viajar, aunque sea de darse una pequeña vuelta alrededor de este planeta, pase de posibilidad a realidad para el más común de los mortales, o sea, alguien como yo. Estaría bien poder mirar hacia un lado y al otro y encontrarte la Tierra y las Estrellas rodeándote.
Eso sí que sería un viaje para jubilados, y no el jodido Benidorm.