Lunes, día terrible donde los haya, aunque hoy me he levantado de particular buen humor. Supongo que aún me dura la "euforia" de ayer. Ya se sabe, endorfinas y toda esa movida que te hace sentir un poco mejor. El caso es que esas endorfinas tan encantadoras le dan al lunes un pequeño toque "optimista", algo poco habitual teniendo en cuenta lo que los lunes significan "per se".

El caso es que estaba tomándome el cafecillo matutino cerca de la oficina y leyendo las noticias del escueto periódico de los lunes cuando me encuentro la siguiente noticia: La pobreza extrema se ha reducido en todo el mundo en un 21% en los últimos 14 años.

Por supuesto, me he quedado de piedra. La pobreza extrema. Un 21%. Reducido. Que no me jodan. ¿Acaso no es esa una noticia de primera página a grandes titulares?. Si eso es cierto, y supongo que puede que lo sea, estadísticamente, eso quiere decir que se han evitado...no sé...ciento de miles de muertes...quizás MILLONES DE MUERTOS.

Es como si la DGT hubiese conseguido que durante un año entero no falleciese NADIE en las carreteras. Ni me quiero imaginar el rédito electoral que se conseguiría con algo así. Y, sin embargo, ahí está la noticia, pequeñita, minúscula, en la página 35, en una esquinita...

Siempre se ha dicho que lo bueno no vende. Y lo excelente, menos aún. En primera página, en mi periódico, venían cosas como la victoria del Celta, las elecciones municipales y toda esa mierda. Ese montón de basura que se autoalimenta día a día en sus páginas, y crece y crece a borbotones.

En lo que va de año, no he visto, salvo en internet, en alguna que otra página especializada, noticias en la "prensa escrita, impresa y diaria" sobre el tema OLPC , y sin embargo siempre me ha parecido una iniciativa impresionante en su concepto. Alfabetizar informáticamente hablando a los niños de los países más desfavorecidos del planeta con un portátil de 100 dólares que comprarían sus gobiernos para distribuir en las escuelas. Todo el proyecto, que ya ha tomado forma, que ya se ha vendido a varios de esos países, que está funcionando , me parece una maravilla.

Nada, ni una mísera noticia, salvo quizás en el ciber-país y cosas por el estilo.

Definitivamente, las buenas noticias no venden. Lo bueno no vende. Lo que te pueda causar una sonrisa, salvo quizás la tira diaria de Garlfield, al que adoro, no vende.

Triste, verdad?.