Hoy es el día de la mujer trabajadora. Me parece cojonudo. Quiero decir, todos sabemos del tema discriminación, del abuso por parte de las empresas, y ya no hablemos de todo el tema de la "violencia de género", un temita sobre el que tengo una anotación pendiente, a la que le he estado dando muchas vueltas...pero eso es otra historia.
El caso es que ya no queda apenas una semana en el calendario que no tenga su correspondiente "día de...". Los trabajadores, los no trabajadores, los niños, los adolescentes, el amor, el odio, los matrimonios, los divorcios, la derecha, la izquierda, los papás, las mamás...todos tenemos un día dedicado especialmente "a nuestra causa", que de repente parece convertirse en la causa de media humanidad, cuando a esa humanidad le importa tres narices el asunto en cuestión durante el resto del año, y ya no digamos todos los que promueven esa desigualdad laboral y social firmando contratos, convenios y demases "por el bien general".
"Vivimos en un mundo extraño", decía David Lynch, y es cierto. Tengo la sensación de que creamos y promovemos todos esos días simplemente para acallar nuestras conciencias mal avenidas con la realidad. Celebramos el dia de la madre porque no le hacemos puto caso durante el resto del año, el día de los enamorados para buscar una excusa para regalar algo que maldita la falta que le hace a la otra persona, en vez de darle un buen beso en los morros y compartir ambos un buen revolcón sin necesidad de excusa barata (o cara). Y lo del día de la mujer trabajadora...sin comentarios.
Estaría bien que los homenajes ocurrieran todos los días y a todo el que se lo merece, incluso al que no se lo merece pero lo necesita para así guerrear un poco más con la vida y llegar a merecérselo algún día. Ojalá todos los días fueran el día de todos.
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