Desde hace unos meses, estoy viendo, gracias a internet, Smallville, serie de la que, en su momento, había visto el primer episodio y alguno sueltos, y sinceramente, me había decepcionado. A partir de la segunda temporada, la cosa mejora mucho, y por lo poco que he visto de la tercera, toda la mitología del comic toma literalmente la serie. No nos engañemos. Supermán no es más que la actualización de toda la mitología que nos ha acampañado desde el principio de la historia. Zeus, Apolo, traiciones, engaños, amigos que se terminan odiando, muerte, destrucción, renacimiento de las cenizas...Todo eso está en los comics, en las películas, y por suerte, también en esta serie sobre el hombre de acero.
Bien es cierto que hay que soportar una primera temporada "sonrojante", aunque también tenga momentos muy buenos, sobre todo cuando hace referencias a toda la historia que está por venir. Frases entre Lex Luthor y Clark Kent tales como "nuestra amistad será una leyenda" están llenas de ironía y referencias a un futuro en el que, como en toda buena historia de superhéroes, el peor enemigo del héroe fue antes su mejor amigo, incluso en parte su mentor.
Mención aparte merece Lex Luthor, interpretado, me atrevería a decir que magistralmente, por Michael Rosenbaun, que le da al personaje todo lo necesario, y más, para convertirlo de un pobre muchacho atormentado por culpa de un padre tiránico y una familia destrozada, en el enemigo perfecto para su eterno amigo de juventud, Clark Kent. Increible, quizás lo mejor, acierto de la serie el hacer que ambos se conozcan de jóvenes.
Otro gran acierto es dosificar la trama de manera muy sutil. En un principio, Clark no sabe nada de su procedencia, ni quién es, ni nada de nada. Esto se va descubriendo muy poco a poco, con pequeñas pistas que le van llevando camino de su origen Kriptoniano.
Sí, me confieso un gran admirador de las aventuras de Superman, lo reconozco. Para mi, es el superhéroe por excelencia de mi infancia, y hasta ella me hace retroceder cuando veo sus películas o sigo leyendo alguno de sus comics, los nuevos y los no tan nuevos. Quizás se deba, inocente de mi, porque la existencia mitológica del superhéroe me recuerda que la gente se siente mejor cuando el pobre tipo inocente y con gafas se cambia el traje y todo el mundo piensa que las cosas se pueden hacer un poco mejor. Toda esa gente abrazándose y aplaudiendo el esfuerzo de alguien por ir más allá me recuerda esas miles de almas que se concentran cuando voy a una maratón y me encuentro con personas que están allí simplemente para aplaudir, animar, gritar hasta desgañitarse y sonreir, incluso llorar, ante el esfuerzo de alguien a quien no conocen de nada, pero les hace creer durante unas horas que ellos también pueden hacerlo, que su meta y su victoria es la de todos ellos, y a todos ellos procuro siempre darles las gracias con una sonrisa cuando las piernas me flaquean. Tal vez todos llevamos dentro un pequeño héroe cuando las cosas se ponen feas.
O tal vez esta sea una reflexión un poco inocente de más...pero me he quedado como Dios después de hacerla.
PD: Y, además, quién no se enamoraría de una chica como Lana ?
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