11 enero, 2007,9:07 a. m.
A vueltas con los horarios

Leo en la prensa una de esas míticas cartas al director que parecen extraidas del jurásico, en la que una dolida y conmovida señora de su casa y mater amantísima se queja de lo mucho que hacen trabajar los comercios a sus empleados en las pasadas fechas navideñas con el temita de "abrimos los domingos". Los pobres empleados tienen que trabajar el dia despues de Reyes, en Nochebuena, todos los domingos de Diciembre y algunos de Enero...En fin, una desgracia.

Obviando el hecho de que estos empleados cobran un plus jugosillo por trabajar en esos días, que se trata de unos pocos domingos al año y que está contemplado en sus respectivos convenios, a mi lo que me sigue pareciendo increible es que, en pleno siglo XXI se mantenga el debate sobre si abrir o no los domingos.

Opciones, señores, opciones, no obligaciones.

El pequeño comercio se llevará las manos a la cabeza, gritando y maldiciendo, que si hay que tener una vida familiar, que si Dios hizo el domingo para descansar, que si patatín, que si patatán. Es comprensible su pataleo y enfado. Y tiene fácil solución. No abras. Y, si no abres, no te quejes. O contrata a alguien a tiempo parcial para cubrir esos domingos si quieres ser competitivo.

Si prefieres que tu vida familiar no se resienta, tienes multiples opciones. Además, a muchos pequeños comercios no les importa tanto la competitividad como tener una clientela fija ( esto se ve mucho en los barrios, los pequeños supermercados que no pertenecen a grandes cadenas, fruterías, charcuterías, etc). Y la clientela fija no la van a perder por no abrir en domingo. Nadie les obliga a hacerlo. Pero esto, salvando las distancias, es como la famosa ley que permite la unión entre dos personas del mismo sexo. Siempre hay un grupo que se vuelve loco pensando que, de repente, todo el mundo se va a volver gay y va a querer casarse. Pues esto, tres cuartos de lo mismo. De repente todo el mundo se va a ir como loco a comprar pepinos en domingo porque abre el Carrefour. Anda, no me jodas. Yo, y como yo mucha gente, gusta de comprar en el barrio, que si la compra del día, que si mi frutita y esas cosas. No voy a dejar de hacerlo porque El Corte Inglés abra en domingo. Pero si necesito algo, si la semana siguiente voy a estar muy ocupado, quiero tener la opcion de hacer mi compra en domingo.

No voy a entrar en el hecho de que se pagan muy mal esos domingos, que si los trabajadores están explotados. Esta anotación no va sobre eso. Va sobre lo necesario que me parece quitarse el sanbenito de "nadie debería abrir los domingos, estamos perdiendo la vida familiar". Parece que, en este país, si existe la opción, ya lo vamos a hacer por cojones. Creo que es por miedo. La gente, hace 20 años, tenía miedo a la ley del divorcio, porque pensaron que , de repente, todo el mundo se iba a divorciar (muchos aún están deseando hacerlo pero no se atreven, el mundo es así). Cualquier posibilidad que implique tener el derecho a hacer algo que signifique un cambio provoca miedo en una parte de la población, normalmente una parte bastante rancia, para que vamos a negarlo. Y, creo que , con ésto, en parte, ocurre lo mismo. La opción, señores, la opción. No quiere decir que todo el mundo vaya a ir corriendo a abrir en domingo, o cuando quieran hacerlo. Solo quiere decir que puedan hacerlo. Cuando les apetezca.

Ni más ni menos.

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1 Comments:


  • At 3:47 p. m., Blogger chüpetina

    mmm... no toy de acuerdo contigo. primero dices que se llevan un extra jugosillo por trabajar esos días, y luego dices q no entras en si esta bien pagado o no...

    yo creo que no sabes de que hablas.

    pero es mi opinión. de todos modos, me gusta tu blog. pa ti un voto.