En estos momentos en los que el país parece abocado al Apocalipsis, así, en mayúscula, en los que , a menos que la prensa de hoy diga lo contrario, todos empezaremos el doloroso proceso de morir de inanición a falta de pescado y leche, uno se da cuenta de cómo el razonamiento humano cambia día a día, poco a poco, evolucionando de la compresión y la solidaridad al desprecio más absoluto.
Día 1: Por supuesto que tienen derecho a la Huelga, como todos, y lo que están haciendo con ellos es un abuso. Estoy de su parte. Adelante. Y esos piquetes, que estén alerta contra los malditos esquiroles.
Día 2: Los de la mesa de negociación podía ser un poco más comprensivos. Y hoy he llegado dos horas tarde al trabajo. Carreteras bloqueadas. Qué se le va a hacer. De todas formas, que exagerados eran, en el supermercado hay de todo...
Día 3: Esto empieza a parecer un país tercermundista. Otra vez tarde al trabajo. Y esos tipos que salen en la tele. Que no me vengan con que pagan demasiado por el gasoil, si se los ve a todos gordicos y bien alimentados. No como yo, que he tenido que recorrer cuatro supermercados para conseguir dos cartones de leche. Y de pescado ni hablar...Joder, que dejen de pedir ya tanto, que yo también tengo que pagar una hipoteca, las letras del coche y toda esa mierda.
Día 4: Pero qué hijos de puta son algunos!!!!. Me parece cojonudo que se pongan en huelga, pero que dejen circular, cojones. Y los servicios mínimos? Queremos comer!!!!. Cabrones!!!
Día 5: Al que pille por delante le parto la espalda. Huelga? Que huelga ni que ostias. A trabajar, como todo Dios!!!!. Si es que no hay vergüenza en este país!!!!!
Si sigo añadiendo días, el carácter "comprensivo" de este nuestro querido pueblo mucho me temo que se quedaría en unas simples comillas. Es lo que tienen este tipo de huelgas, las que afectan a la infraestructura más elemental de un país. Que pasamos todos de la comprensión a la ira en muy pocas horas.
Y, como siempre, la explicación suele ser la más sencilla.
Miedo.