Cuando vas por el km treinta y pico, solamente dices una cosa:"Nunca más". Correr una maratón está bien...pero duele. Incluso con un gran entrenamiento, duele. Y con un entrenamiento normalito (4 días a la semana, 60 kms a la semana), duele más. Pero lo más increible de la maratón no es eso. Lo que hace que siempre repitas (yo llevo 3) es que el mundo parece girar cuando cruzas la meta (y cuando la cruzas de la mano de alguien que literalmente ha tirado de ti para que la termines, más aún). Y, después de que ese mundo gire, mientras bebes, comes, te recuperas, recuerdas, charlas, te emocionas, lloras, te duelen las piernas....Bueno, mientras todo eso ocurre, piensas..."DEntro de unos meses...¿porqué no?".
Sí, eso es lo que tiene la maratón. Que tira de tu cuerpo y de tus deseos y anhelos como nada en este mundo. Por lo menos, como nada que yo conozca. Durante esas cuatro horas largas, te cruzas con gente que está luchando, en silencio, sonriente, gritando, animándose, animándote. Pasas por delante de cientos de espectadores que, salvo los que van a animar a sus amigos o familiares...no tienen ninguna razón especial para estar ahí...salvo animarte a ti y a todos los demás...simplemente por hacerlo, simplemente por darte su apoyo para que así avances un par de kms más...Por no hablar de todos esos voluntarios que te dan el agua, las galletas, los plátanos...Sí, sí...voluntarios.
A todos ellos, desde aquí, porque no tengo otro sitio, aunque varias veces me salieron palabras de agradecimiento mientras corría, a todos ellos, gracias por ayudarme a llegar hasta el km 42. Y, sobre todo, a ti, a mi persona , por empujarme desde el km 25...y por dejarme sentir en mi mano la tuya en los últimos, los más difíciles, los más duros y los más emocionantes 195 metros.
Alguien dijo una vez: Si quieres ganar algo, corre los 100 metros. Si quieres experimentar algo, corre la maratón.
No se puede expresar mejor.
Etiquetas: maratón
Me ha emocionado mucho leer estas líneas y he tenido que contener lágrimas que intentaban escapar de mis ojos. Cada vez me cuesta más no pensar que me gustaría pasar por esta experiencia. Debo ser coherente y que el tiempo y mi constancia, lo posibilite. Mientras tanto a correr medias y a disfrutar de experiencias como esta. Está claro que correr crea adición. Felicidades por la carrera y por compartirla a través de tu blog.