05 octubre, 2007,11:41 a. m.
Imposiciones

Si hay algo que odio es la represión. Recuerdo vagamente cuando aquí, en Galicia, no se podía hablar el gallego, o socialmente estaba mal visto (por los padres de esos que ahora acusan a otros de "ofensiva nacionalista"), o dios nos librase de intentar escribirlo como modo de expresión....En fin, seguro que quienes me leen desde el País Vasco o Cataluña saben perfectamente de qué estoy hablando.


Por otro lado, no me gusta nada la imposición de un idioma por encima de otro cuando legalmente ambos son co-oficiales, como es el caso de las autonomías anteriormente mencionadas, en las que existen dos lenguas para su uso, goce y disfrute según lo quiera y decida cada uno, lo cual se viene haciendo desde tiempos inmemoriales, incluso cuando existía la prohibición sobre ello.


También es algo normal, evidentemente, que ambas se enseñen, se difundan, y que si una de ellas ha estado discriminada durante algún tiempo, exista una pequeña y nada exagerada, llamémosle, discriminación positiva hacia la misma.


El problema aparece, como siempre, con el exceso y la exageración, y esto es lo que está sucediendo. Pongamos por ejemplo el caso que me comentaban esta mañana. La posibilidad de que se les solicite el conocimiento y la titulación sobre lengua catalana a los inmigrantes que quieran trabajar allí. O el hecho de que todas las asignaturas "fuertes" en Galicia tengan que ser dadas en gallego, relegando, y repito, relegando, el castellano a la gimnasia, las "manualidades" y cosillas por el estilo.


El problema es que una lengua tiene que ser algo vivo. Y tiene que serlo porque sus habitantes la hablen (o no) libremente. Y, si se muere, se muere. Una lengua es un modo de ver la vida. Un modo de expresarse. Su uso, su disfrute, dependerán,por supuesto, de muchas circunstancias. Pero en modo alguno pueden depender de una imposición . En primer lugar, porque no puede ser legal que, más allá de su fomento y enseñanza, se obligue a alguien a hablar o escribir en una determinada lengua. Y mucho menos prohibirle hacerlo si así lo desea.

Y mucho menos hoy en día, en un momento en el que vivimos en un mundo que camina hacia un deseo y búsqueda de entendimiendo global, en el que me conecto a internet y puedo hablar con cualquier persona de cualquier parte del mundo. ¿Cómo me puedes exigir, por un lado, movilidad geográfica para trabajar, disposición para viajar, etc, y al minuto siguiente, decirme que tengo que estudiar todas mis asignaturas en gallego, catalán o vasco?. De qué coño me va a servir eso cuando decida irme a trabajar a madrid, a londres o a el cairo?

Conocerlo y aprenderlo? Por supuesto. Hablarlo? Cuando me apetezca y con quien me apetezca. Escribirlo? Cuando me apetezca.

Normalmente, este tipo de imposiciones van ajenas a las necesidades de la población. No conozco a nadie que se queje por no poder hablar o por hablar en gallego, o porque no le respondan, o porque no lo conozcan...pero, como siempre, la cuestión está en todos los problemas inventados que los políticos fabrican para así llegar después, conseguir los votos afines y alzarse en salvadores de un país o de un idioma.

No, gracias, no necesitamos que nos salven, y mucho menos con imposiciones o prohibiciones.



Etiquetas: , , ,

 
posted by joerace ¤ Permalink ¤


0 Comments: