¿Os habéis fijado en la cantidad de gente que sale del portal de su casa, va por la calle, se mueve por las aceras y, en definitiva, caminan por la vida como si fueran Dios?
Sí, son esos mismos que salen con sus coches del garaje a las siete de la mañana sin mirar a ver si pasa algún peatón. A veces, incluso con las luces apagadas. Esos mismos que salen del portal al exterior sin preocuparse de si pasa alguien más, de si van a molestar, de si van o no a tropezar con algún pobre desgraciado que ha tenido la estúpida idea, vaya por dios, de salir ese día a la calle también ,en vez de quedarse en su casita para así no molestar a los dueños de la ciudad.
Efectivamente, sabéis de quién estoy hablando. Cuando van en pareja, la cosa se complica. Caminan sin mirar para ninguna otra parte salvo a su interlocutor. No les preocupa lo más mínimo ocupar entre ambos completamente la estrecha acera por la que se mueven, y líbratre de cruzarte con ellos, porque tendrás que rodearles (si puedes, claro). A ninguno de los dos se le ocurriría apartarse del camino, simplemente situándose un instante detrás de su acompañante, para así poder seguir caminando todos, fluidamente, sin entorpecer, incluso quedando como lo que no son. Personas civilizadas.
Cuando se trata de una pareja, ya no de amigos, sino de novios, y van de la mano o (joder, que imagen más bochornosa)con el tipo rodeando los hombros de su novia (sospecho que para que no se le escape a la más mínima) la cosa se pone aún peor. A ver cómo es posible que en ese cerebro tan diminuto entre la posibilidad de apartarse ligeramente. Además, apartarse tampoco entra en los planes del tuneador de coches profesional, hay que ser muy macho todo el tiempo, sobre todo delante de la Jessi. Que se aparten los otros.
Hay una variación sobre los modelos anteriores, aunque sospecho que todos parten de un mismo patrón. Los que, además, sacan a pasear al perro. Lo resumiré con una anécdota absolutamente real. Perro que acaba de quedarse descansadito en medio de la vía pública. Matrimonio que pasa por allí y que le comenta al dueño del perro que por lo menos podría recoger la mierda, ya que no hace gesto de habérselo ni siquiera planteado. Respuesta del dueño del can: "¿Pero ustedes han visto la pedazo de mierda?. ¿Cómo quiere que recoja eso?", y se larga calle abajo descojonándose.
Esta es mi ciudad. ¿Y sabes qué? También la tuya. Casi todos los días salgo a entrenar. Me encanta correr por mi ciudad, suelo ir hasta la playa y volver, aproximadamente unos 12-14 km. Pero cada vez me resulta más difícil ese tramo que me separa de la playa . A veces, y cada vez en más ocasiones ,me subo al coche, conduzco hasta la playa, y corro esos mismos km sin tener que esquivar conductores que no saben conducir, peatones que no saben caminar, dueños de perros que no saben recoger su mierda y, en definitiva, gilipollas que no saben convivir.
Etiquetas: sociedad
Hola.
No he podido resistir dejar mi opinión. Lo primero, enhorabuena por el blog creo que expresar lo que uno piensa en esta forma de voz alta esta bien y lo segundo a veces estas reflexiones conducen a una crítica desde otro prisma que jamás hubiésemos visto.
En cuanto a tu post, creo que la ley de la naturaleza si no me equivoco se rige por el mas fuerte. Y creo que en la urbe ya no reina el respeto, sino las leyes naturales de los seres vivos. Sobreviven los mas fuertes y no los mas educados, es mas, mientras en los colegios y desde muy temprana edad no eduquemos a nuestros hijos a convivir con respeto y justicia, esto seguirá en aumento. Así pues no culpes a los que no han recibido una correcta educación e intentemos cambiar a aquellos que pueden cambiar, valga la redundancia, las leyes para que se empiece la casa por los cimientos. Respecto a los canes, considero que (ojo y respeto a los animales como el que mas)si quieres tener perro, ponle un pipi-can en tu casa, por que creo que actuamos como en el siglo XV que la gente arrojaba a las calles desde los balcones los residuos orgánicos. Que barbaridad ¿no?. Pues así son los propietarios de los canes que dejan sus excrementos, da igual en la acera como en el césped, o bajo un árbol. ¿Por que mis hijos no pueden abrazar a un árbol, si no es fuera de la ciudad?.
En otro lugar, si te gusta hacer "footing", me vas a perdonar, pero creo que estas equivocado de recorrido. Tus pulmones, reciben del ambiente ciudadano cuando corres por la ciudad un aporte de CO2 creo que innecesario, sin contar la de posibilidades de atropello de los garajes que como comentas, puedes tener. Yo también corro como tu y el primer consejo que me dieron fue, "ni se te ocurra correr por la ciudad, entre parones y humos no disfrutaras del placer de correr". Bueno amigo, espero no haber herido tus sentimientos y en el blog ttp://nocorraspapa.blogspot.com/ me tienes a tu disposición, repito enhorabuena por que yo también me he quedado como "Dios".
VicenteL.