Porque darle un diez sería darles la importancia suprema, y gracias a los Cielos habrá una o dos series españolas que se salvan de la quema. Una o dos. Pocas más. ¿Sabéis por qué? Porque la mayoría de esa bazofia inmunda no son más que un calco de un calco de un calco, un corte que parece nuevo pero está delineado por el mismo patrón que la anterior. Básicamente, una serie de televisión en este país se compone de:
1.-Alguien que grita. Esto es muy importante. Tiene que haber uno (o más, pero uno al menos) que grite. Y si grita y dice tacos, mejor que mejor, porque así los espectadores se reirán. No hay nada que haga más gracia que alguien gritando cosas como "Josuaaaa" o "Son unos cabrones!!". Bueno, y si además tiene acento andaluz, esto ya es la polla.
2.-La "comedia" (nótense las comillas) será, apróximadamente, entre el 80% y el 90% de la linea argumental de la serie. Por supuesto, dejaremos un poquito, sólo un poco, de espacio para algún momento ñoño y sensiblero, pero no demasiado. El espectador quiere ver coñas, risas, gracietas varias, quiere sentirse identificado con los personajes, que hable como él. Básicamente, y según ese razonamiento, este es un país en el que la gente solo hace soltar chascarrillos mientras se toma una tapa de tortilla y una caña, habla con voz aguardentosa y silba cuando pasa una mujer en minifalda...Aunque ahora que lo pienso...Oh, es cierto, ese es mi país!
3.-Siempre habrá algún adolescente en medio de la trama, preferiblemente una pequeña pandilla, con sus problemas y devenires cotidianos, para captar a esa rama de la audiencia. Las chicas serán esqueléticas o rechonchonas (estas últimas no pararán de cantar la última de Bisbal) y los tíos irán de duros, tendrán 15 años y barba de tres días y aprenderán pronto que no hay que pillarse borracheras, que narices, que además hay que ser educativos.
4.-Ni por asomo habrá tramas excesivamente complicadas. En estas series los policías son tontos o se dedican a resolver en 20 episodios lo que a Grissom le lleva 45 minutos, así que las tramas deben ser simples...pero hay que alargarlas hasta el infinito. Un atisbo de separación, un asesino en serio, un amigo metido en drogas o una despedida de soltero darán lugar a media temporada de interminables episodios que no conocen la mesura en la duración. Si las series del otro lado del charco lo resumen todo en 40 minutos, aquí la duración no bajará de la hora u hora y cuarto. Eso, con "unos pocos" anuncios, da para rellenar una noche entera de programación.
5.-Por último, es importante que todo el mundo quede como tonto. Supongo que es así como se busca la identificación con el ciudadano medio. Los adolescentes harán el tonto, los policías serán tontos, las chicas son tontas, los matrimonios hacen tonterías...y los espectadores se verán finalmente reflejados...pues no están haciendo otra cosa que el gilipollas plantados delante de su aparato de tv visionando todas las semanas...esa mierda de series!!!
Bueno, y dicho esto, me voy a ver el episodio de esta semana de House, el de Lost, la última temporada de 24, Heroes y, que narices, como hacía Pepe Carvalho, que siempre salvaba un libro de la quema, me veré el último episodio de Los Simuladores, que se lo merecen.
1.-Alguien que grita. Esto es muy importante. Tiene que haber uno (o más, pero uno al menos) que grite. Y si grita y dice tacos, mejor que mejor, porque así los espectadores se reirán. No hay nada que haga más gracia que alguien gritando cosas como "Josuaaaa" o "Son unos cabrones!!". Bueno, y si además tiene acento andaluz, esto ya es la polla.
2.-La "comedia" (nótense las comillas) será, apróximadamente, entre el 80% y el 90% de la linea argumental de la serie. Por supuesto, dejaremos un poquito, sólo un poco, de espacio para algún momento ñoño y sensiblero, pero no demasiado. El espectador quiere ver coñas, risas, gracietas varias, quiere sentirse identificado con los personajes, que hable como él. Básicamente, y según ese razonamiento, este es un país en el que la gente solo hace soltar chascarrillos mientras se toma una tapa de tortilla y una caña, habla con voz aguardentosa y silba cuando pasa una mujer en minifalda...Aunque ahora que lo pienso...Oh, es cierto, ese es mi país!
3.-Siempre habrá algún adolescente en medio de la trama, preferiblemente una pequeña pandilla, con sus problemas y devenires cotidianos, para captar a esa rama de la audiencia. Las chicas serán esqueléticas o rechonchonas (estas últimas no pararán de cantar la última de Bisbal) y los tíos irán de duros, tendrán 15 años y barba de tres días y aprenderán pronto que no hay que pillarse borracheras, que narices, que además hay que ser educativos.
4.-Ni por asomo habrá tramas excesivamente complicadas. En estas series los policías son tontos o se dedican a resolver en 20 episodios lo que a Grissom le lleva 45 minutos, así que las tramas deben ser simples...pero hay que alargarlas hasta el infinito. Un atisbo de separación, un asesino en serio, un amigo metido en drogas o una despedida de soltero darán lugar a media temporada de interminables episodios que no conocen la mesura en la duración. Si las series del otro lado del charco lo resumen todo en 40 minutos, aquí la duración no bajará de la hora u hora y cuarto. Eso, con "unos pocos" anuncios, da para rellenar una noche entera de programación.
5.-Por último, es importante que todo el mundo quede como tonto. Supongo que es así como se busca la identificación con el ciudadano medio. Los adolescentes harán el tonto, los policías serán tontos, las chicas son tontas, los matrimonios hacen tonterías...y los espectadores se verán finalmente reflejados...pues no están haciendo otra cosa que el gilipollas plantados delante de su aparato de tv visionando todas las semanas...esa mierda de series!!!
Bueno, y dicho esto, me voy a ver el episodio de esta semana de House, el de Lost, la última temporada de 24, Heroes y, que narices, como hacía Pepe Carvalho, que siempre salvaba un libro de la quema, me veré el último episodio de Los Simuladores, que se lo merecen.
Etiquetas: cine y tv
Estoy contigo. Es el punto de vista que defiendo a capa y espada. Enhorabuena.