Resulta que un muchacho de por aquí ha recibido una indemnización de 3000 euros, tres meses de prisión , y el tratamiento para recuperar los dientes perdidos a causa de una pelea durante una noche de botellón. En la sentencia se aclara que en un principio la acusación pedía 6000 Euros, pero se aportaron pruebas que demostraban que la víctima tenía gingivitis y la dentadura dañada, así que al mínimo puñetazo era normal que perdiera tres o cuatro dientes, como así ocurrió.
Lo que más me ha llamado la atención de todo este asunto es que haya llegado a los tribunales. No es que piense que no debería haber sido así, pero está claro que antes estas cosas se resolvían "de otra manera". Llegar a los tribunales, casi meter a alguien en la cárcel por una pelea callejera con borrachera incluída es algo que , en mis tiempos mozos, resultaría cuanto menos inconcebible. La gente se peleaba en las calles, se daban unas tortas, había un par de magullados y en unos días todo quedaba olvidado. A mi nunca me partieron los dientes en una de esas peleas, pero recuerdo un par de ocasiones en las que me sacaron una navaja para robarme las pocas pesetas que podía llevar encima, y hubo amago de pelea callejera, y después aparecían los amigos de unos y de otros...Un desastre, vamos.
Así que, bueno, me alegro de que ahora las cosas se arreglen por la vía judicial, al fin y al cabo, demuestra que en menos de veinte años hemos alcanzado un grado de civilización envidiable, aunque espero que esto no nos lleve a los extremos del otro lado del charco, en donde, por una mala mirada o un estornudo involuntario llueven las demandas , los pleitos y demás. Claro, tampoco digo que todo se solucione en un duelo al sol, pero a veces una pelea sigue siendo una pelea, un moratón no es más que un moratón y un par de bofetadas no tienen porqué ser más que eso.
En cualquier caso, el más faltón y el que más problemas va a crear suele ser el que lleva un par de copas de más y no sabe "mear la borrachera", así que , al menos en mi caso, cuando me provocan y yo o el otro llevamos un par de copas encima, prefiero darme la vuelta y seguir caminando. Suele ocurrir que el que está mentando a tu madre en esos momentos de euforia, al día siguiente sería capaz de darte un empujón o tenderte la mano para evitar que te atropelle un coche o para empujar tu coche que te ha dejado parado en medio de la carretera.
Así que, media vuelta y a otra cosa, suele ser lo más aconsejable.
Comparto la relfexión final. No suele ser bueno meterse en una trifulca, pero con dos copas de más menos aún.